La gestión de equipos no es simplemente un conjunto de directrices formales; es el arte de inspirar, motivar y guiar a individuos hacia un objetivo común.
Vamos a sumergirnos en el fascinante mundo de la gestión de equipos, desmitificando el proceso y presentando claves prácticas, estrategias inteligentes y técnicas probadas que cualquier líder puede incorporar en su día a día.
Descubramos juntos cómo construir equipos sólidos, fomentar la creatividad y convertir los desafíos en oportunidades de crecimiento conjunto.
Qué es la gestión de equipos
Por definición, gestionar equipos consiste en organizar a un grupo de empleados para conseguir alcanzar ciertos objetivos importantes para la empresa.
Pero para mi es mucho más que eso, es saber entender, empatizar e impulsar a tus colaboradores para que sean capaces de llegar más allá, implicarlos y motivarlos día a día para que finalmente sean ellos el motor impulsor que os lleve al éxito.
Como se puede intuir, conseguir ese nivel de implicación del personal a tu cargo, no es tarea sencilla ya que es necesario entender muy bien la naturaleza individual y colectiva de tu equipo como seres humanos para así potenciar las fortalezas y minimizar las potenciales problemáticas.
El problema añadido de todo esto, es que en la gran mayoría de casos la gente termina llevando equipos de personal sin una formación específica, teniendo que librar con uno de los problemas más complejos que puedes encontrar en un empresa, la condición humana.
Las empresas necesitan buenos líderes
Creo que esta es una de las razones por la que internet y en particular redes sociales como LinkedIn están plagadas de artículos con temáticas del tipo:
- Las principales cualidades para ser un gran lider
- principales soft skills que debes tener para [pon aquí objetivo]
- Diferencias entre un jefe y un líder
Luego cuando te paras a leer alguno de estos artículos lo que se suele encontrar es por un lado gente que no está muy contenta con alguno de sus responsables y por otro otras personas que quieren vender cursos de liderazgo.
Esto solo demuestra que hay una carencia respecto a este tema y que a mi parecer es importante que cualquier persona que lleve un equipo profesional por pequeño que sea, trabaje en mejorar estas habilidades para así tener a sus colaboradores más contentos y en última instancia tengamos entornos laborales más sanos y agradables.
Por mi parte, como persona que ha trabajado para otros y ha terminado llevando equipos de personas voy a intentar aportar mi visión personal sobre el tema. No pretendo dar una fórmula mágica ya que no la hay, simplemente es dar unas directrices que bajo mi experiencia funcionan.
Aspectos clave en la gestión de personal
En lo que respecta a la gestión de las personas que van a estar en tu equipo se podrían escribir innumerables tips o trucos para situaciones concretas.
Pero ya te adelanto que eso no funciona, la razón es simple de entender, la condición humana es extremadamente compleja y cada persona acarrea circunstancias muy diversas. Por lo que las fórmulas de A implica B no siempre aplican.
Por eso, creo que el enfoque debe de ser muy distinto, hay que trabajar para comprender las particularidades de cada individuo de tu equipo si es pequeño y si ya tienes mucha gente a tu cargo, al menos trabajar ese aspecto con tus subordinados más cercanos.
Para ello voy a indicarte que aspectos clave debes trabajar, no van a ser muchos pero si que van a ser complejos de llegar a dominar. Pero bueno, si esto fuera fácil el mundo estaría lleno de buenos líderes.
Haz introspección, conócete a ti mismo
Este es el primer aspecto que tienes que trabajar si quieres o tienes que gestionar a otras personas.
Puede parecer algo que se de por descontado, ya que a fin de cuentas es con la persona que más tiempo pasas a lo largo del día.
Pero en muchas ocasiones nos engañamos a nosotros mismos sobre ciertas habilidades o capacidades que pensamos tener.
Es por eso, que el primer paso debe basarse en la sinceridad con uno mismo, conocer nuestras fortalezas y debilidades para así poder llevar una gestión coherente no movida por errores de percepción.
Para esto, por supuesto uno mismo puede trabajarlo, pero siempre puede ayudar trabajar con algún psicólogo ya que facilitará la tarea.
Conoce a tu equipo
Esto es muy importante, debes de realizar un análisis activo de las interacciones del personal contigo como con el resto de personal de la organización.
Con el tiempo, esto te permitirá conocer cuales son sus ambiciones, su forma de ver la vida, actitud ante ciertos problemas…
De esta forma podrás enfocarlos en aquellas tareas en las que van crear sinergias positivas además de poder motivarlos de manera adecuada cuando surja algún problema.
Estas al servicio de tus empleados
Un buen líder tiene que ser aquel que te facilita la vida en el trabajo, esto significa que debe de hacer todo lo que esté en su mano para facilitar el día a día de los trabajadores a su cargo.
A nadie le gusta tener cerca (y ya no hablo solo del trabajo) a una persona que solo exige sin dar nada a cambio.
Además esto tiene otro aspecto muy positivo y es que cuando vengan mal dadas, la gente previsiblemente valorará lo que hiciste por ellos y arrimará el hombro para resolver cualquier problema.
Delega y deja que se equivoquen
Es importante que cada miembro de un equipo tenga su espacio y cierto grado de autonomía. Esto es así porque todos en mayor o menor medida tenemos nuestro ego y es necesario alimentarlo de forma sana para sentirse satisfechos.
Es por esto que si aplicas micromanaging para la gestión de tus equipos vas a generar un sentimiento de desconexión por el personal de cara a su trabajo, dejara de ser su responsabilidad para ser la tuya. Esto por un lado a ellos les hará sentir marionetas de tus voluntades y a ti como gestor te cargará de responsabilidades innecesarias.
Por otro lado, es muy importante que la gente cometa su propios errores, ya que estos son la vía más rápida para aprender.
Es por esto, que si por experiencia sabes que algo no va a salir bien, pero al mismo tiempo no va a suponer un problema crítico, vale la pena que solo lo digas y si no aceptan tu punto de vista dejes hacer. Esto permitirá que cuando ocurra el suceso que preveías veas reforzado tu liderazgo a la par que la otra persona habrá aprendido, win-win.
Comparte los éxitos con tu equipo
Esto se puede resumir de forma muy corta: no seas el jefe medallas.
A nadie le gusta tener una persona al cargo que se atribuye todos los éxitos y solo comparte los fracasos.
Es importante ser justo con la contribución de cada persona al éxito de cada proyecto y comunicarlo efectivamente.
Además si se da la posibilidad, si has tenido algún miembro de tus equipos de gestión liderando o muy implicado en un proyecto es muy conveniente delegar también la explicación final en esa persona pasando tu a un papel secundario.
Esto te dará una visión de un líder en el que tus empleados pueden confiar.
No cortes las alas a tus subordinados
En ocasiones por miedo a perder a los mejores miembros del equipo se tiende a promocionar a otros empleados menos brillantes.
Esto es un grave error, porque por un lado si esa persona ambicionaba crecer en la organización y se ve cómo eso no termina nunca de ocurrir buscará otro sitio en el que pueda crecer. Por tanto lo perderás igualmente.
Luego de cara a la organización terminarás teniendo en puestos de responsabilidades a personas que realmente no eran la mejor de las elecciones, cosa que de un modo u otro salpicará a tu gestión de forma indirecta.
Otra cosa bien distinta y que hay que tener en cuenta, es que es posible que tu subordinado no aspire a otro puesto y que esté cómodo y feliz donde está, en ese caso evidentemente debe quedarse ahí, es por eso la importancia de conocer a tus empleados.
Reconoce tus errores
Mucha gente ve como un signo de debilidad admitir los errores en público, piensan que deben mostrarse ante los demás como una persona infalible y resuelta.
Realmente uno de los signos de fortaleza más grandes que encontrarás en una organización es aquel que acepta abierta y públicamente sus errores.
Esto además de ser un signo de humanidad, todos nos equivocamos, muestra confianza en uno mismo ya que das el mensaje de que te puedes equivocar pero eso no va a tener consecuencias con tu persona.
Además, es mucho peor querer ocultar los errores ya que tarde o temprano terminarán saliendo, siempre ocurre, y en ese caso quedarás como una persona débil que necesita taparse para no perder su posición.
Además de todo esto, generarás un entorno sano dentro del equipo, en el que la gente se sentirá con la libertad y confianza de poder aceptar sus errores y te dará la oportunidad de ayudarles a resolverlos sin que pasen a mayores.
La gestión de equipos, un arte dentro de la empresa
Como hemos podido ver gestionar personas puede ser una tarea tan compleja como la condición humana.
Además no hay una fórmula matemática para poder tener éxito en esto, es más bien un proceso iterativo en el que cada experiencia cuenta en la mejora de nuestras habilidades de gestión.
De todos modos, todos los puntos hablados arriba se pueden resumir en uno solo bien sencillo, tratar a las personas con respeto y empatía. Si hacemos esto la gente estará a gusto bajo tu guía y querrán seguir así durante mucho tiempo más.